Raízen y Novozymes fortalecen asociación para mejorar la producción de etanol de segunda generación

Raízen y Novozymes, líderes en las industrias de biocombustibles y biotecnología, respectivamente, están uniendo fuerzas para desarrollar una nueva generación de tecnologías para producir etanol de segunda generación de manera más eficiente. Su objetivo es reducir el costo de producción, aumentar la capacidad y reducir la intensidad de carbono de los azúcares y biocombustibles de segunda generación para permitir que las empresas y las naciones cumplan con los objetivos internacionales de descarbonización.

Desde la campaña 2014-2015, Raízen opera una planta de etanol de caña de azúcar (2GE) de segunda generación en el Parque Bioenergético Costa Pinto, en Piracicaba (estado de São Paulo, Brasil). A medida que continúa aumentando la participación en este segmento, la empresa está construyendo una segunda planta 2GE y ya anunció la construcción de dos unidades más en el estado de São Paulo. Se espera que las cuatro plantas estén operativas entre 2023 y 2024, con una capacidad de producción total de aproximadamente 280 millones de m³ por año, de los cuales 80% ya se han vendido bajo contratos a largo plazo.

Novozymes es una empresa de biotecnología con sede en Dinamarca y líder mundial en soluciones biológicas, que produce una amplia gama de enzimas, microorganismos y otras proteínas que permiten a los clientes lograr un uso más eficiente de las materias primas, reducir el consumo de energía, reemplazar los productos químicos tradicionales con alternativas más sostenibles, y ofrecer productos de mayor calidad. Las tecnologías de Novozymes permiten, por ejemplo, mayores rendimientos agrícolas, lavado a baja temperatura, producción energéticamente eficiente, reducción de gastos de capital y combustibles renovables con menor intensidad de carbono.

“La asociación con Novozymes permitirá el desarrollo conjunto de nuevas generaciones de levadura, así como procesos de hidrólisis, fermentación y cócteles enzimáticos más eficientes. Todo esto facilitará el proceso de producción de 2GE, que es una gran promesa para la transición energética global, con impacto en los sectores de vehículos, marítimo, químicos renovables y aviación”, explicó Mateus Lopes, Director de Transición Energética e Inversiones de Raízen.

A través de este acuerdo estratégico, las dos empresas buscarán reducir su propia huella de carbono y disminuir el uso de energía, agua y materias primas en la producción de E2G. La asociación entre las dos empresas comenzó en 2013 cuando Novozymes comenzó a suministrar exclusivamente enzimas y biotecnología de levadura para la primera planta comercial de etanol celulósico de Raízen.

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“Esperamos con ansias la construcción de las nuevas plantas y continuar nuestra colaboración con Raízen. Trabajando juntos durante casi una década, hemos mejorado continuamente el proceso utilizando la biotecnología y la excelencia operativa de forma sinérgica. El acuerdo se basa en nuestros años de trabajo conjunto y crea un marco en el que podemos centrarnos juntos en llevar al mercado la próxima generación de mejoras tecnológicas”, dice Michael Burns, director de Biomass Americas para Novozymes.

Nuevas Plantas 2GE

Raízen anunció recientemente una inversión de aproximadamente R$2 mil millones (US$415M) para la construcción de dos nuevas plantas 2GE en el estado de São Paulo, conectadas a los Parques de Bioenergía Univalem (Valparaíso) y Barra (Barra Bonita). Cada unidad podrá producir 82.000 m³ de 2GE al año, aumentando la capacidad de producción anual de biocombustibles de la empresa en aproximadamente 164 millones de litros.

Raízen utiliza una tecnología propia para producir 2GE a partir del bagazo de caña de azúcar, una biomasa que resulta del procesamiento de la caña de azúcar en la producción de etanol de primera generación (1GE) y azúcar. Es un biocombustible avanzado que tiene el potencial de aumentar la capacidad de producción de etanol de Raízen en aproximadamente 50%, sin necesidad de usar terrenos adicionales y al mismo tiempo produciendo más litros por tonelada de caña.

Además, la molécula resultante produce significativamente menos emisiones de CO2 en comparación con el etanol normal. Esto convierte a 2GE en un producto que contribuye a la transición energética y es versátil y polivalente. Además de la movilidad automotriz, es una solución sostenible para productos industriales (por ejemplo, como materia prima para producir plástico verde) y como materia prima para combustibles marítimos y de aviación más limpios, contribuyendo a la lucha contra el cambio climático y ayudando de manera efectiva a reducir el efecto invernadero. emisiones de gas hasta en 93% en comparación con la gasolina.

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